Al elegir vivir en un nuevo país, muchas personas ponen poca atención a la vida sostenible. Como su nombre lo indica, este amplio tema cubre la agricultura sostenible, la producción de alimentos y la independencia energética. Veo estas cosas como los aspectos positivos de una vida sostenible y me importa menos la agenda verde a la que la mayoría de la gente nos quiere empujar.
Algunos países, como Uruguay, han tomado la delantera en autoabastecimiento energético y alimentario. Hoy, este pequeño país Sudamericano de aproximadamente 3,5 millones de habitantes es líder mundial en energía renovable e independencia alimentaria. Respecto a estos últimos, la producción supera con creces las necesidades internas, siendo el país uno de los principales exportadores de cereales, carne vacuna y soja. Si bien ningún país es inmune a los impactos globales, podemos aprender algunas cosas de Uruguay.
Punta Del Este, Uruguay
Considerado como la joya escondida de América del Sur, la mayoría de la gente ni siquiera podía ubicar a Uruguay en un mapa. Ya que es el segundo país más pequeño del continente y estar entre las potencias regionales Argentina y Brasil, lo perdonaremos. Si bien algunos pueden considerar su geografía como una desventaja, Uruguay ha desafiado las probabilidades para convertirse en uno de los países más desarrollados de la región.
No hace falta decir que América del Sur es más conocida por la corrupción y la mala gestión económica. Sin embargo, Uruguay es uno de los pocos puntos brillantes. Se ha convertido en una de las naciones más prósperas de la región, lo que se puede atribuir a varios factores, como una gobernanza eficaz, una fuerte identidad nacional y políticas económicas prudentes.
Palacio Legislativo, Montevideo
A diferencia de muchos de sus vecinos, Uruguay no es rico en recursos naturales e importa la mayor parte de su petróleo y gas natural. Como tal, la economía se ve muy afectada por el aumento de los precios de la energía y el impacto relacionado en los precios de los alimentos. Si bien muchos países comenzaron recientemente a priorizar la independencia energética, Uruguay tomó la delantera luego de la crisis financiera mundial en 2008.
Obviamente, ningún país es verdaderamente independiente energéticamente en sectores específicos como el transporte, pero Uruguay se encuentra entre un puñado de países donde casi toda su energía proviene de recursos renovables. Según el Ministerio de Industria y Energía de Uruguay, en 2021, el 98% de la electricidad del país se produjo a partir de fuentes renovables, entre las que destacan la hidráulica y la eólica. Sin embargo, la energía solar ha ganado terreno recientemente gracias a los incentivos fiscales.
Estos pasos han convertido a Uruguay en un modelo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y, para que conste, personalmente no tengo ningún problema con los combustibles fósiles, con lo que tengo un problema es con depender masivamente de otros países para la seguridad y la estabilidad económica de un país. Felicito a Uruguay por asumir la responsabilidad y encontrar soluciones para ser más independiente energéticamente. Por supuesto, no aislará completamente al país de las crisis, pero ayudará a mitigar sus impactos.
Es importante tener en cuenta que Uruguay también es parte del acuerdo Mercosur, y ser residente de Uruguay facilita viajar.
Plaza de la Independencia, Montevideo, Uruguay
En cuanto a la independencia alimentaria, Uruguay es líder mundial. De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Uruguay ocupa el segundo lugar después de Argentina en autosuficiencia alimentaria. La producción supera con creces el consumo interno debido a la gran cantidad de tierras de cultivo planas y fértiles y al clima templado. Uruguay es un importante exportador de alimentos como carne de res, leche, mantequilla, cereales y soja.
La independencia alimentaria de Uruguay se puede atribuir a algo más que una geografía y un clima favorables. Las políticas prudentes como la rotación frecuente de cultivos, el cuidado del suelo y la sostenibilidad están muy arraigadas en la sociedad uruguaya. Un hecho poco conocido es que Uruguay tiene la mayor cantidad de vacas por habitante, sin mencionar que están libres de hormonas y antibióticos. Cuando se trata de una vida sostenible, Uruguay está a la vanguardia.
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Escena urbana vacía en Punta del Este, Uruguay
No hace falta decir que un edificio es tan fuerte como sus cimientos. Esto no es diferente a la gobernabilidad, donde un gobierno fuerte y la confianza de la gente en él forman la base para el desarrollo económico. En este sentido, el pequeño país Sudamericano se destaca en una región donde la inestabilidad y la mala gestión financiera es la norma. Según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, Uruguay es el país menos corrupto de América Latina, ocupando el puesto 18 e igualando a Bélgica (que tiene su propia forma especial de corrupción) y Japón.
Asimismo, obtiene altas calificaciones en el Índice de democracia de The Economist, con un amplio apoyo a las instituciones democráticas. Además, Uruguay se ubica en la cima o cerca de ella en otros índices, como la libertad económica, la igualdad de ingresos y el desarrollo humano. Por último, Uruguay ha sido considerado durante mucho tiempo como uno de los países más progresistas de América, siendo uno de los primeros en legalizar la prostitución y la marihuana.
Lancha en Punta del Este Uruguay
Gracias a un gobierno estable, un fuerte apoyo a las instituciones democráticas y políticas económicas prudentes, Uruguay se destaca entre sus vecinos. El enfoque adoptado por el gobierno de centro-derecha de Luis Lacalle Pou ha sido en gran parte exitoso, ayudando a Uruguay a evitar la marea de izquierda que recientemente se extendió por Brasil, Chile y Colombia. Asimismo, algunas políticas favorables a las empresas han dado sus frutos, ayudando a Uruguay a atraer inversión extranjera directa.
Más recientemente, Uruguay sigue siendo un faro de esperanza ante la incertidumbre y la inestabilidad en la región y el mundo en su conjunto. Si bien no es el país más barato de la zona, la estabilidad y la sostenibilidad lo han convertido en parte del plan B de muchos expatriados. Además, existen algunos beneficios fiscales, como la exención de impuestos sobre la mayoría de los ingresos de origen extranjero (los pagos de intereses y dividendos tributan al 12%). Además, los extranjeros pueden comprar y vender tierras o bienes inmuebles y tienen los mismos derechos que los ciudadanos.
Por supuesto, ningún lugar es perfecto y Uruguay podría ser mejor en ciertos aspectos, pero el país tiene mucho a su favor. Es un líder regional en vida sostenible y calidad de vida, tiene una cultura relajada y acepta a los extranjeros. En un mundo de inestabilidad, Uruguay es uno de los pocos lugares donde puede olvidarse de todos los problemas que ocurren en Asia, Europa y América del Norte.
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Playa de buceo, Montevideo, Uruguay
Puede que Uruguay no tenga el costo de vida más bajo de América del Sur, pero sin duda es el más autosuficiente. No hay muchos países que puedan presumir de carne libre de hormonas y antibióticos, y Uruguay tiene eso a su favor. También es una fuente de energía renovable autosuficiente. Un lugar que definitivamente pondría en mi lista de destinos pendientes, y tal vez eventualmente me convierta en residente de Uruguay, si no solo por los alimentos más naturales, sino por los costos de energía más bajos que hemos visto en todo el mundo.