El precio del oro volvió a batir su récord histórico este mes (octubre de 2025), superando los $4,300 dólares por onza. Se trata de un aumento de aproximadamente el 60 % desde principios de año, cuando el oro cotizaba cerca de $2,650 dólares. Quienes me siguen saben que esta subida no me sorprende. La pregunta ahora es si el oro seguirá subiendo.
Los analistas creen ahora que la reciente subida del oro se debe menos a las políticas comerciales y más a la inestabilidad fiscal interna de Estados Unidos, especialmente al actual cierre del gobierno federal. El estancamiento político ha agravado las preocupaciones sobre la credibilidad fiscal y la resistencia económica, lo que ha llevado a los inversores a buscar activos más seguros.
A mediados de octubre de 2025, los precios del oro se dispararon por encima de los $4,300 dólares estadounidenses por onza, alcanzando máximos históricos. Esta subida refleja una combinación de inquietud por el cierre del Gobierno, expectativas de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal y la inestabilidad geopolítica renovada que pesa sobre los mercados mundiales.
En un mundo cada vez más impredecible, los metales preciosos ofrecen una forma fiable de diversificar y proteger las inversiones. Analicemos el reciente aumento del precio del oro y por qué los expatriados querrán invertir en él.
El oro y los tipos de interés tienen una relación inversa a corto plazo. Cuando los tipos de interés son altos, los precios del oro suelen no subir. Sin embargo, entre 2020 y 2025, el precio desafió las expectativas y subió de $2,000 dólares estadounidenses a más de $4,300 dólares estadounidenses por onza este mes.
Aún más llamativo es que la Reserva Federal (Fed) inevitablemente tendrá que comenzar a recortar las tasas. Si el oro continúa su ascenso constante incluso en un entorno de tasas altas, una disminución de los ingresos por intereses podría acelerar aún más el aumento de los precios del oro.
Probablemente asistiremos a una situación en la que la inflación se mantenga persistente mientras los tipos de interés bajan. Esta combinación podría provocar turbulencias en los mercados financieros, lo que aumentaría la probabilidad de estanflación. En esta incertidumbre, el oro podría dispararse aún más.
Los bancos centrales de todo el mundo han estado aumentando sus reservas de oro al ritmo más rápido en décadas, lo que indica un cambio importante en la forma en que las naciones ven la seguridad monetaria. Esta renovada demanda marca el nivel más alto de compra de oro por parte de los bancos centrales en más de cincuenta años y refleja una creciente cautela ante la dependencia excesiva de las monedas fiduciarias y de las reservas extranjeras.
China ha sido uno de los participantes más activos, ampliando constantemente sus reservas de oro como parte de un esfuerzo más amplio por diversificar sus activos fuera del dólar estadounidense y reducir su exposición a los bonos del Tesoro de EE.UU. Se han observado estrategias similares en países como India, Turquía, Polonia y Rusia, todos con el objetivo de fortalecer la independencia y la resiliencia de sus sistemas financieros.
Estados Unidos, que ya es el mayor poseedor de oro del mundo, también ha realizado compras adicionales en los últimos años. Esta acumulación continua pone de relieve que incluso las economías avanzadas reconocen la importancia del oro como reserva de valor a largo plazo y como salvaguarda frente a la incertidumbre económica.
Estas compras difieren de las tendencias de la inversión privada, ya que los bancos centrales acumulan oro para lograr estabilidad a largo plazo, en lugar de obtener beneficios a corto plazo. Su demanda constante, incluso durante las fluctuaciones de precios, ha contribuido a establecer un precio mínimo estructural para el oro y ha convertido a los compradores oficiales en una fuerza estabilizadora del mercado.
La acumulación sostenida de oro por parte de los bancos centrales sigue proporcionando un apoyo subyacente al mercado y refuerza su papel como activo de reserva clave en una economía global en constante cambio.
El panorama mundial se está transformando debido a las tensiones geopolíticas persistentes y a la reciente inestabilidad interna en las principales economías. Si bien las disputas comerciales y la escalada de aranceles siguen siendo relevantes, los analistas consideran ahora que la última subida del oro se debe principalmente a la incertidumbre fiscal y política en Estados Unidos. El actual cierre del Gobierno federal ha intensificado los temores sobre la credibilidad fiscal y la resistencia económica, lo que ha llevado a los inversores a buscar refugio en activos más seguros.
Al mismo tiempo, se han desvanecido las esperanzas de una rápida resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reconoció recientemente su fracaso al intentar poner fin a la guerra, calificándola como «probablemente el conflicto más difícil» de sus esfuerzos diplomáticos. Su admisión subraya la naturaleza arraigada de la crisis y la fragmentación geopolítica más amplia que sigue desestabilizando los mercados mundiales.
Más allá de los estancamientos militares y políticos, Estados Unidos también ha intensificado su postura proteccionista hacia China y sus aliados tradicionales en Europa, Canadá y Japón. Estas fricciones comerciales, impulsadas por los aranceles, han perturbado las cadenas de suministro mundiales, aumentado las presiones inflacionistas y socavado la confianza en los activos denominados en moneda fiduciaria.
El oro está subiendo por una razón. En un mundo de incertidumbre, el oro offshore es su cobertura frente a la inflación, la caída del dólar y el caos político. Su Plan-B debería comenzar con activos reales
El aumento repentino de los precios del oro no es solo una reacción del mercado a corto plazo, sino también un reflejo de cambios fundamentales en la geopolítica y en el orden mundial. Las recientes tensiones políticas y las guerras comerciales pueden marcar el comienzo de una nueva era.
Para quienes están elaborando su Plan-B en el extranjero, esta situación solo debería confirmar lo que los inversores inteligentes saben desde hace siglos: el oro sigue siendo un vehículo probado y comprobado para proteger tu patrimonio ganado con esfuerzo. Él sirve como cobertura frente a la inflación, proporciona refugio frente a la devaluación de la moneda y es universalmente aceptado como reserva de valor.
Invertir en oro, especialmente mediante opciones extraterritoriales, debería ser una estrategia prioritaria para asegurar su futuro financiero. Si todavía no has construido un Plan-B, ahora es el momento de evaluar tus opciones. No hay mejor momento para empezar que hoy mismo.